Financiación a la empresa. El MAB
Desde el año 2007, hemos venido observando cómo el crédito ha ido desapareciendo poco a poco del mercado. Pero como no podía ser de otra manera, la ley de Lomonósov-Lavoisier, de conservación de la materia, también se cumple en el mercado de crédito. Entonces, si la materia ni se crea ni se destruye ¿Dónde “se había metido” todo ese dinero? En los bancos centrales. La aversión al riesgo llevó a las entidades financieras a “poner a salvo” su dinero en las cuentas de los Bancos Centrales en lugar de en las cuentas de las empresas.
Si bien hoy en día es imposible disimular la importancia de los mercados bursátiles en cualquier ciclo económico, podemos decir que, en los momentos en que las entidades financieras “redirigen”, por no decir esconden, el crédito de las empresas, los mercados bursátiles cobran mayor importancia, pues siempre habrá inversores que tratando de conseguir una mayor rentabilidad prefieran asumir un mayor riesgo, riesgo del que las entidades financieras “huyen” en tiempos de crisis.
Los mercados bursátiles se presentan por lo tanto como fuentes alternativas de financiación a los mercados de crédito dominados por las entidades financieras. Es por ello que en el presente artículo vamos a hablar del MAB (Mercado Alternativo Bursátil), que está cobrando una creciente importancia en la financiación a empresas. Tras su creación en 2006, el 2014 se presenta como un año prometedor para el MAB, diez nuevas compañías podrían debutar en el mismo (actualmente cotizan 22 compañías).
¿Qué es el MAB?
El MAB, es la Bolsa de las empresas de reducida capitalización. Como su propio nombre indica, el Mercado Alternativo Bursátil. El MAB permite a las empresas que por su reducida capitalización no pueden acceder a las bolsas de valores tradicionales, como el IBEX 35 o el mercado continuo, poder acceder a la financiación de los inversores para llevar a cabo procesos de expansión y crecimiento.
¿Cómo funciona el MAB?
En primer lugar, como es lógico, para poder formar parte del MAB las empresas deben cumplir una serie de requisitos:
1. De entrada y cotización en el MAB:
- Dado que los mercados bursátiles son “plazas de encuentro” entre inversores y empresas que buscan conseguir financiación a través de la venta de parte de sus acciones, sólo podrán cotizar en el MAB las sociedades anónimas, por el carácter “abierto” de las mismas
- Por esta misma razón, el capital debe estar totalmente desembolsado, ser de libre transmisibilidad y estar representado por anotaciones en cuenta
- Pueden entrar en el MAB sociedades tanto españolas como extranjeras
- Designar un asesor registrado y un proveedor de liquidez que ayuden a la empresa tanto en la salida como durante su cotización en el MAB
- Las acciones susceptibles de incorporación son:
- Aquellas con oferta de venta o suscripción previa con valor estimado superior o igual a 2 millones de euros.
- Aquellas sin oferta previa, para el conjunto de acciones propiedad de accionistas con participación inferior al 5% del capital social: valor estimado superior o igual a 2 millones de euros.
2. De actuación:
La cotización en un mercado bursátil obliga a la sociedad a proporcionar aquella información que sea requerida por el MAB, por lo tanto, cumpliendo también las exigencias de transparencia. La mayor transparencia que exige la cotización en un mercado bursátil implica un gran cambio en la mentalidad de los accionistas y de los órganos de gobierno de la sociedad
¿Quiénes intervienen?
- Asesor registrado: asesora a la empresa acerca de la idoneidad de incorporarse al MAB, acerca de los requisitos de información y documentación que deberá cumplir y coordina al resto de agentes que intervienen en el proceso.
- Proveedor de liquidez: el objetivo del proveedor de liquidez es tratar de que exista suficiente liquidez de las transacciones para conseguir una frecuencia de contratación suficiente, reduciendo las variaciones del precio por causas ajenas al mercado. Si bien, la Comisión de Supervisión del Mercado puede eximir la necesidad de provisión de liquidez a aquellas compañías con liquidez suficiente.
- Asesor legal: ofrecen el asesoramiento legal (contrato de colocación, contrato con el asesor registrado, contrato con el proveedor de liquidez…)
- Consultora financiera: ayudan a la empresa que desea salir al MAB en la preparación estratégica y operativa (comunicación a los inversores, organización, etc.)
¿Cuáles son las ventajas de cotizar en el MAB?
Antes de salir a cotizar en el MAB, es importante estudiar las posibles ventajas y desventajas que pueden derivarse de la misma:
Comencemos con las “malas noticias”:
1. Los requisitos que se deben cumplir para cotizar en el MAB suponen importantes gastos adicionales. Por ejemplo, si una sociedad es Sociedad Limitada y quiere cotizar en el MAB, en primer lugar deberá llevar a cabo un proceso de transformación de sociedad limitada a sociedad anónima.
2. Para que un mercado bursátil sea eficaz, debe haber transparencia, de lo contrario, los inversores no estarán dispuestos a invertir, pues a nadie le gusta tomar decisiones “a ciegas”. Esto puede suponer, como ya hemos dicho anteriormente, un importante y duro cambio en la mentalidad de los órganos de administración de la empresa.
3. La empresa deberá hacer frente a los costes asociados al propio proceso de cotización (asesor registrado, proveedor de liquidez, asesor legal, consultora financiera, Due Diligence exigidas…)
4. El proceso de salida a bolsa puede hacerse largo y tedioso durante las fases de decisión, solicitud de incorporación, tramitación e incorporación.
Y al fin, las “buenas noticias”:
- Las exigencias que hay que cumplir para poder cotizar en el MAB proporcionan a las empresas cotizadas prestigio e imagen de marca. La simple cotización en el MAB proporciona publicidad que beneficia a la empresa.
- La cotización en el MAB permite el acceso a una fuente alternativa de financiación de la emprsea para potenciar el crecimiento de la empresa a través de recursos propios.
- Además, la cotización en el MAB aporta liquidez, no sólo a la empresa, sino también a los accionistas.
- Finalmente, la cotización aporta un valor de la compañía, la capitalización bursátil. El valor de las acciones en el mercado bursátil aporta una valiosa información: cómo valora el mercado una compañía concreta.
En definitiva, ya es hora de ir “desmitificando” la cotización en bolsa. El MAB ha puesto al alcance de muchas empresas la posibilidad de cotizar en bolsa dándoles la alternativa de obtener financiación por vías diferentes a la financiación bancaria o emisión de deuda. ¿Por qué no mirar al MAB como lo que es, una interesante fuente de financiación alternativa? Ahora bien, como hemos expuesto a lo largo del artículo, la cotización en el MAB exige cumplir una serie de requisitos, y como dice el dicho “nada en la vida es gratis”. ¿Cuándo debe una empresa, aún cumpliendo los requisitos, “lanzarse” a cotizar en bolsa? Antes de llevar a cabo una operación tan importante, es indispensable responder a la siguiente pregunta: ¿Van a ser los costes de cotizar en bolsa superiores a los beneficios esperados? Si la respuesta es sí, entonces, no es un buen momento para que la empresa cotice en el MAB. Pero, ¿Cómo saber si los costes superarán los beneficios? La dificultad de dar respuesta a esta pregunta es evidente, pero por suerte, existen consultoras financieras en el mercado, como Legorburo Consultores, expertas en resolver estas cuestiones. En Legorburo Consultores trabajamos junto con las compañías para asegurarnos de que la decisión de nuestras empresas de salir a cotizar en el MAB no es sólo una buena decisión, sino la mejor.
Fuentes: CincoDías; “MAB” bolsasymercadoes.es; “Entrevista a David Carro” Activba; web Grant Thornton.
Esperanza Gaviria
Legorburo Consultores