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Conseguir financiación para una empresa endeudada. ¿Un imposible?

¡Feliz 2014! ¡Al fin llega la tan esperada “recuperación económica”! Y con ella, el acceso al crédito para las empresas. Pero… ¿Puede acceder al crédito cualquier empresa? ¿Qué pasa si aunque mi negocio es rentable, ya estoy endeudado?

Nos encontramos ante el “black Monday” de la financiación. Tras años de contracción del crédito las entidades financieras vuelven con sus “ofertas de financiación” y como las tiendas durante el “black Monday” estadounidense, conseguirán “llenar” sus oficinas con empresas deseosas de liquidez.

Pero no se trata de “una partida” en igualdad de condiciones. Mientras algunas empresas, las menos, han conseguido superar la crisis sin endeudarse demasiado, otras empresas se han visto arrastradas a una inevitable necesidad de financiación. Ya sea porque el atraso en el pago de sus clientes les ha obligado a pedir financiación para cubrir esos “días de más”, o porque sus entidades les han “prestamizado” las líneas de crédito o porque la “guerra de precios” que ha tenido lugar durante la crisis ha bajado sus márgenes, obligándolas a conseguir la liquidez necesaria de otras fuentes, o porque la industria de la empresa es intensiva en inversión. Lo cierto es que muchas empresas se encuentran ahora con una “mochila de deuda” que les dificulta el acceso a la financiación necesaria para crecer a los niveles anteriores a la crisis.

¿Pero tiene solución esta situación? Afortunadamente, sí. ¿Y es sencilla la solución? Desafortunadamente, no.

Si bien las entidades financieras están deseosas de captar nuevos clientes y financiar a las empresas, los efectos de la crisis todavía resuenan en los comités de riesgo de los bancos.

¿Cómo sortear esa barrera? Para conseguir financiación cuando ya estamos endeudados no basta con la intención de repagar sin falta alguna, ni siquiera aunque nunca hayamos desatendido el pago de un solo euro. Cuanto mayor sea el endeudamiento de la empresa mayores exigencias nos hará la entidad financiera (garantías hipotecarias, avales personales…) para peores condiciones (tipos de interés más elevados, mayores comisiones…). Y por qué, porque a mayor endeudamiento de la empresa mayor es el riesgo que asume la entidad financiera al prestarle más dinero.

Pero como hemos dicho, para una empresa endeudada, sí es posible conseguir financiación siempre y cuando cuente con el asesoramiento adecuado y la documentación necesaria. ¿Qué le requerirán las entidades financieras? En primer lugar, las entidades financieras querrán ver que la sociedad es capaz de hacer frente al pago de sus deudas, no sólo de las que ya tiene, sino de las que solicita.

Para ello las entidades financieras exigirán a la empresa un plan de negocio y propuesta de financiación que detalle no sólo los resultados pasados, sino los que la empresa espera conseguir en el futuro. Dicho plan de negocio y expectativas futuras deben responder a un planteamiento serio y realizable. Como dice la expresión “el papel lo aguanta todo” y los analistas de las entidades financieras “están hartos” de ver propuestas fundadas más que en previsiones practicables en ensoñaciones irrealizables.

Si la empresa espera obtener en el futuro unos mayores ingresos a los que ha venido obteniendo en el pasado, este mayor crecimiento debe tener una causa, si todo permanece igual, ¿Por qué iban a incrementarse los ingresos?

Así pues, el plan de negocio debe responder a una serie de preguntas: ¿Cuál va ser la estrategia de la empresa en adelante? ¿En qué va a mejorar la empresa, márgenes, innovación, marketing…? ¿Cómo afectará esa nueva estrategia a los resultados? ¿Qué se requiere para poner en marcha la estrategia?

Y finalmente, ¿Cómo será utilizada la nueva financiación? ¿A qué se aplicará? ¿A la compra de nueva y más eficiente maquinaria, a la realización de una potente campaña de marketing, a la apertura de una nueva línea de negocio…? ¿Qué cantidad será destinada a cada partida? ¿Qué retorno se obtendrá por cada inversión (ROI)? Etc. 

Si bien, un buen plan de negocio deber dar respuesta a todas las preguntas anteriores, en función de las condiciones particulares de la empresa y del sector, las entidades financieras exigirán otros datos adicionales que dependerán de cada situación particular (estudio de mercado, situación de la empresa respecto de su competencia, análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades…).

Todas las preguntas que realizarán las entidades financieras irán encaminadas a responder una misma pregunta: ¿Será demasiado el nivel de deuda? En otras palabras, ¿Serán los costes de la deuda (intereses) inferiores o no al retorno que la empresa espera obtener gracias a la nueva financiación?

Y de la respuesta a esta pregunta dependerá la sanción de la entidad. Si la respuesta es no, entonces, no habrá financiación, si la respuesta es sí, entonces habrá financiación. Y el plan de negocio y la propuesta de financiación son las herramientas con las que cuenta la empresa para convencer a las entidades financieras de que la respuesta es SÍ, los costes de la deuda no superarán el retorno derivado de la nueva financiación.

Pero cuidado, el plan de negocio y propuesta de financiación deben ser herramientas para convencer a las entidades financieras de lo que la empresa ya está convencida, no herramientas para convencer a la empresa. En otras palabras, una financiación basada en un plan de negocio absolutamente irrealizable llevará a la ruina de la empresa, sumiéndola en impagos y llevándola en el peor de los casos al preconcurso o concurso de acreedores.

En definitiva, conseguir financiación sí es posible para una empresa ya endeudada, siempre y cuando la misma responda a un plan de negocio y propuesta de financiación realizados honestamente y con altas probabilidades de cumplimiento. La financiación conseguida por un mal plan de negocio que no llegue a cumplirse (desviándose más de lo aceptable) puede generar serios problemas en una empresa incluso arrastrándola al concurso y preconcurso de acreedores, pues recordemos que estamos hablando de empresas con altos niveles de endeudamiento. Y sería una pena llegar a esta situación después de haber conseguido superar la crisis.

Esperanza Gaviria

Legorburo Consultores

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