EL «REESTRUCTURADOR» PROFESIONAL: ¿FIGURA FUNDAMENTAL PARA TIEMPOS DE CRISIS…?
El «motor» de nuestra economía hace tiempo que “hace ruidos raros”; ¿por qué, entonces, no lo hemos llevado al «taller»?, porque hasta el momento aguantaba e iba tirando, a trompicones, pero tirando… ¿Qué ha pasado ahora para que ya no seamos capaces de moverlo? Pues que en este escenario de profunda crisis, los «parches» que le hemos puesto no están aguantando las grietas que se han abierto y que se van agrandando a cada paso que damos.
Pues bien, es ahora cuando ya hemos visto que no nos podemos mover, cuando estamos obligados a tomar una decisión inteligente que realmente nos ayude a sacar la empresa adelante.
Aquí es donde entra en escena la figura del «reestructurador», un perfil profesional que es capaz de recopilar tantas variables y constantes como sea posible con el fin de realizar un diagnóstico empresarial que determine las principales causas que han originado la insolvencia financiera de nuestra empresa. Este experto se enfrenta a un panorama en el que ha de tomar decisiones fundamentales, y «contra reloj», muchas de las cuales serán impopulares; sin embargo, un buen reestructurador está obligado ética y moralmente, a realizar un plan de viabilidad realista, aunque ello conlleve poner en tela de juicio la gestión de la dirección de la empresa.
Un error, que parecen estar cometiendo los equipos directivos de algunas empresas, a la hora de evaluar los riesgos y buscar las soluciones a la insolvencia financiera, es el de tomar las decisiones de forma unilateral. El reestructurador sabe, que precisamente en esta etapa de búsqueda de viabilidad de la empresa, la comunicación y la negociación con el resto de actores son imprescindibles. ¿Qué significa esto? Significa que es absolutamente necesario involucrar en dichas negociaciones al equipo directivo, a los accionistas, a los proveedores, a los bancos, etc., y esto es así porque el nivel de análisis requerido para reestructurar una empresa es tan minucioso y preciso como profunda sea la crisis en la que se encuentra la sociedad.
Como podemos intuir, los procesos de reestructuración son muy complejos, de ahí que sea esencial la transparencia y la credibilidad del reestructurador y es que no todas las empresas saldrán airosas de procesos de este tipo, de hecho, algunas dejarán por el camino piezas que en su día fueron clave para su éxito y que hoy se han convertido en una carga insostenible.
Sin embargo y a pesar de que una de las frases más escuchadas en los últimos tiempos es “tal o cual empresa cierra por culpa de la crisis”, el porcentaje de compañías españolas que recurren a un reestructurador es aún pequeño, inferior al 25%. Para muchos expertos, la figura del reestructurador resulta clave en la situación actual. Según Dirk Kremer, director de Q Management de Transición, “Cuando se reflota bien, una compañía se asegura su futuro a largo plazo y le da un modelo de negocio con futuro”. (Fuente: Know Capital News)
Quizás la clave esté ahí, en pensar en el futuro.
Yolanda Gallardo Nistal
Legorburo Consultores