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La evolución del Outsourcing en España

El outsourcing nace, como nueva tendencia empresarial, en la década de los años 40 en EE.UU., coincidiendo con la finalización de la segunda guerra mundial. El fenómeno tuvo la siguiente secuencia: después de la guerra las empresas trataron de concentrar por ellas mismas la mayor cantidad posible de actividades, para no depender prácticamente de ningún proveedor, al que poco más y se le veía como un enemigo en la cadena de valor.

Esta estrategia, que en un principio pareció efectiva, con el desarrollo de la tecnología fue siendo cada vez más ineficiente, porque cada compañía no podía ser altamente competitiva en todos los departamentos como sí lo eran las empresas que se especializaban en una sola actividad, con sus consiguientes ventajas como podrían ser por ejemplo la curva de aprendizaje (mucho menor tiempo) o el ahorro de costes por especialización.

Pero no fue hasta la década de los años 70 cuando empezó a resultar verdaderamente importante para las empresas, sobre todo gracias al área de la información tecnológica de las mismas. Siendo innovadoras en el sector empresas grandes como Price Waterhouse, EDS, Kodak o Arthur Andersen. Las compañías empezaron a centrarse en sus actividades principales y que les reportaban valor real (actividades «core») constituyendo el núcleo importante de su negocio.

Desde la década de los 90 esta corriente ha aumentado de manera exponencial, coincidiendo con la revolución informática y las tecnologías de la comunicación. Además si antes el outsourcing se hacía por cercanía geográfica, eso ha cambiado también radicalmente (también a partir de los 90), y ya no se miran fronteras geográficas gracias a la globalización existente y los sistemas de comunicación disponibles hoy día que nos permiten saber qué pasa en cada momento en cada lugar.

Hoy día las empresas priorizan tres aspectos fundamentales para realizar funciones de outsourcing: concentración de los negocios, ahorro de costes y reingeniería de procesos. Todo ello con el mismo fin, ser más eficaces y lo más rentables posibles para obtener un mayor beneficio. Los servicios que hoy en día más se externalizan a otras compañías son la distribución, servicios informáticos, selección y formación de personal, y su propia gestión, la publicidad y el marketing a través de los medios. 

Vicente Pavón Alonso

Analista de Proyectos

Legorburo Consultores

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